martes, noviembre 04, 2008

Laura Canoura se presenta esta noche en la sala mayor del Solís


Recital. Será en apoyo a la Comisión de Amigos del Pereira Rossell

La cantante Laura Canoura se presentará esta noche a la hora 21.00 en el Teatro Solís en apoyo a la Comisión de Amigos del Pereira Rossell. Estará acompañada por Andrés Bedó en piano, Roberto De Bellis en contrabajo, Eduardo Mauris en guitarra y Matías Craciun en violín.
Canoura.


"Reconozco al Rossell como mi paisaje propio".
Puede decirse que, por múltiples motivos, la voz de Laura Canoura es un patrimonio cultural referente del sentir uruguayo.
Desde los años ochenta, cuando integraba el grupo Rumbo, el tono de su canto se hizo inconfundible para el oído nacional. (Además, ¿qué otra persona puede cantar "Detrás del miedo" o "Para hacerte sentir mi amor" como ella?) Después, la experiencia solista a partir de "Esa tristeza", que se convirtió en el primer disco de oro obtenido por una mujer en el terreno de la música popular, sin dejar de integrarse a espectáculos plurales (Las tres, junto a Flavia Ripa y Estela Magnone, por ejemplo). De allí en adelante, una carrera signada por el eclecticismo y sucesos varios: desde el Premio Fabini como Mejor Cantante hasta el éxito arrollador de "Piaf", en que también debutó como actriz, sin obviar el desafío que representó cantar con la Filarmónica de la Ciudad de Montevideo dirigida por García Vigil o el mérito de haber sido nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Montevideo. Del bolero a Zitarrosa, pasando por Jacques Brel, Enrique Cadícamo, Los Beatles, Charles Aznavour y Paul Simon, el repertorio de Canoura ha integrado gustos personales a su manera, otorgándoles una cadencia especial a cada tema gracias a su particular registro vocal. Este experimentar continuo podría reflejarse en el título que dio a uno de sus espectáculos: "Sin red", junto al pianista argentino Adrián Iaies, un arriesgar permanente de cara al público, experimentando la adrenalina del escenario en cada canción.
En un comunicado remitido a la prensa respecto del recital que brindará esta noche, Canoura opina que tal vez por ser mujer, o por tener una hija, "o porque he pasado infinidad de veces por la puerta de ese emblema nacional que es el Hospital Pereira Rossell lo reconozco como mi paisaje propio. Tal vez porque me gusta imaginar que cientos, miles de niños que nacieron en sus cunas hoy son hombres y mujeres que ayudan a construir este país que nos ha tocado. Y porque es bueno leer en la prensa que fuimos pioneros a través de sus médicos, de sus investigadores. Y que hubo gente generosa en los orígenes de esta patria que dejaron hospitales que hoy celebran cien años de dignidad y solidaridad.
La historia de un país, no la hacen los edificios ni las máquinas, ni siquiera los libros que hablan de la historia de ese país. La historia la hace la gente. La hacemos todos, en el lugar que nos toque estar".
La cantante se autodefine, antes que nada, como una legítima intérprete, pero sobre todo, es una verdadera artista internacional, no solo ha recorrido nuestro país de norte a sur sino que también llevó sus canciones a Suecia, Chile, España, Argentina y Egipto. Cantante polifacética, su voz grave es sinónimo se sensibilidad a flor de piel, esa electricidad que eriza y cautiva con toda canción que interpreta. A esta altura, entonces, parecería que la norma de Canoura es tirarse sin paracaídas; enfrentar el texto de un grande sin pudores ni falsa modestia para hacerlo suyo. Cuando editó el disco "Canoura canta el tango", el hecho también supuso un riesgo (la crítica ortodoxa o un público joven que rechazara de plano esta vertiente arrabalera) a pesar de ciertas experiencias aisladas sobre el género. Sin embargo, el hecho consumado devino en suceso.
Un éxito no improvisado sino producto de un esfuerzo profesional riguroso. (No estaría de más señalar que este cronista califica a Roos y Canoura como dos de los artistas más profesionales del medio, en todas sus facetas).
Es que Canoura canta (tango, bolero, lo que sea) para ese gran público heterogéneo, indefinido, de todas las edades, que no se encasilla sino que sabe apreciar la calidad en cualquiera de sus variables. Con el espectáculo de Laura, estas expectativas resultarán colmadas. El precio de las localidades oscila entre $ 200 y $ 400.(La República)

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