miércoles, octubre 03, 2018


GARDEL EN SU PATRIA, EL URUGUAY.

 

La historia de Carlos Gardel, hasta no hace mucho considerada como “oficial”, contada en obras extensamente difundidas, algunas mas serias que otras, toma como punto de partida la famosa “topada” con Razzano en lo de Gigena allá por el año 11. A esa altura de su vida, Carlitos contaba con mas de 25 años de edad. Por lo menos con 24, si tomáramos diciembre del 87 como fecha real de nacimiento, que sabemos no lo es, como lo han probado los mas serios investigadores del “fenómeno Gardel”. ¿Por qué los autores que han adherido a la historia oficial, inician en el citado encuentro la historia de Gardel y se niegan a aventurarse en los primeros años de vida, infancia y adolescencia, con el pretexto de que los datos disponibles son escasos y confusos?

Las razones son diversas, pero de entre ellas, además del permanente misterio al  que Gardel supo rendir culto,  adquiere predominancia la confusión generada por  quienes, luego de su muerte se aprovecharon del oculto drama de su origen y pretendieron confundir la identidad del cantor con la del hijo biológico de la mujer que fue encargada de su cuidado a muy temprana edad, de modo tal que todos sus bienes y derechos autorales pasaran sucesivamente a manos de allegados.
Indagar en la infancia y adolescencia de El Zorzal, conduce inexorablemente a descartar la tesis del Gardel francés, supuesto básico para sostener el engaño mencionado, como lo han demostrado magistralmente investigadores de la talla del Arq. Nelson Bayardo y del Dr. Eduardo Paysse González en el Uruguay, guiados por las investigaciones pioneras que desde el diario El País de Montevideo iniciara Erasmo Silva Cabrera (“Avlis”) gracias a las pistas proporcionadas por el músico Carlos Warren.
A igual conclusión llega el poeta y hombre de tango argentino, Ricardo Ostuni en su obra Repatriación de Gardel, aunque no adhiere a la tesis del “tacuaremboense inmortal” hijo del Coronel Carlos Escayola y de María Lelia Oliva.
Como un aporte al conocimiento de ese período de la vida de Gardel, soslayado por la perversa “historia oficial”, es que incluimos algunas referencias acerca de su pasaje y estadías en Tacuarembó y Montevideo.
Nuestro personaje, nació, según las referencias consignadas por los investigadores uruguayos mencionados, de una unión adulterina en el seno de la familia del Jefe Político de Tacuarembó a comienzos de la década de 1880 (seguramente entre 1882 y 1885). Las características de dicho nacimiento hicieron que el niño fuera retirado del seno de aquella familia y entregado al cuidado de una joven francesa, Berthe Gardes, vinculada sentimentalmente a Escayola y mantenida por éste. Dicha joven dejó Tacuarembó embarazada de un tal Romualdo, hijo de un influyente estanciero de la zona, ante la posibilidad que el niño que llevaba en su seno le fuera sustraído por la familia paterna. La circunstancia fue aprovechada por el Coronel para entregarle a quien ya era conocido como el “guachito de Escayola” y cuya presencia significaba un permanente revivir del sórdido episodio, con el fin de trasladarlo lejos de esos pagos. Se supone que el niño tendría por entonces seis o siete años y habría estado hasta entonces al cuidado de personas de confianza de Escayola como la peona de la estancia Santa Blanca, Manuela Casco, donde Carlitos habría nacido y de  la propia Berthe Gardes.
Sería entonces el año de 1890 el que consigna la llegada del futuro cantor a nuestra ciudad de Montevideo. En ella quedó, al cuidado de otra francesa amiga de Berthe, Anais Beaux y también de María Escayola “La Negra”, prima mayor del niño,  debido a que Berthe había decidido viajar a su Francia natal para dar a luz contando con la protección de su entorno familiar.
No es posible saber a ciencia cierta cual era el apelativo del niño en ese entonces pero las investigaciones realizadas indican que habría concurrido a una escuela del barrio sur en la calle Durazno y Médanos bajo el nombre de José Oliva y con la tutela del militar Pedro Oliva, pariente de su madre.
El regreso de Berthe desde Francia se produjo en marzo de 1893, en compañía de su hijo biológico Charles Romuald y su destino fue Buenos Aires. Hasta allí llegó el Dr. Mateo Parisí, yerno del Coronel Escayola con el cometido de inducir a la francesa mediante una abultada suma de dinero a retomar el cuidado de Carlitos. Ese mismo año y en abril, el niño deja de concurrir a la mencionada escuela de Durazno y Médanos.

En una de sus estadías en Montevideo ya en 1930 o 31, donde Gardel actuaba como fin de fiesta de las actuaciones de la compañía teatral de Morganti, estando con su peña de amigos en el Tupí, a instancias suyas salieron a dar un paseo por el barrio Sur. Según contó el Dr. Cesar L. Gallardo, padre del también cronista deportivo Juan Gallardo, Gardel le confesó haber ido a una “escuelita de por acá” que no pudieron ubicar y que ese barrio le traía muchos recuerdos.

Sin duda ese barrio dejó en el cantor imborrables recuerdos. Tal vez su mejor homenaje fue su magistral interpretación  del tango de los autores uruguayos Román Machado y Arturo Senez “Isla de Flores”. Su “Isla de Flores, tan angostita, mi callecita costa del mar”. La callecita de sus “primeros principios

Ya en Buenos Aires y al “cuidado” de Berthe, Carlitos vagabundea por el barrio del Abasto y lleva una vida de abandono , carente de cariño familiar. Son numerosas las referencias acerca de  sus permanentes escapadas del control de Berthe y de su forma de vida ,cayendo con frecuencia en actos delictivos de escasa entidad. Esa situación de semi abandono se sucede hasta que en 1898 se escapa al Uruguay, seguramente en busca de la ayuda o el reconocimiento de su familia biológica.
Su estadía en Uruguay entre esa fecha y 1901 transcurre entre Montevideo y Tacuarembó donde lo mas significativo para su futuro artístico son las clases de canto que recibe de Luis Villarrubí, antecesor de la familia de fabricantes de calzado de larga fama, que hasta no hace muchos años aun contaban con su comercio en las cercanías de la Estación Central del ferrocarril en Montevideo

Dice “Avlis” en su obra Carlos Gardel. El hombre y su muerte, que en el año 1899 “tendría habitación en la calle Cerro (hoy Bartolomé Mitre) Nº 23 donde vivía su tía Elodina (Escayola) con una de sus hijas, Bonifacia. Y a la muerte de aquella iría a la casa heredada por otras dos hijas de Elodina de nombres Manuela y Amanda, en Tambores del lado de Paysandú”. La madre de Irineo Leguisamo, le relató a “Avlis” que por ese entonces Carlitos comenzó su trayectoria en el canto folklórico, haciendo dúo con un joven peluquero llamado Claudio González y ya se le conocía por el mote de “El Zorzalito”.

Nos cuenta “Avlis” que “ En 1901 Gardel se encuentra en la villa de Tacuarembó, habiendo conseguido trabajar como ayudante de cocina en el Hotel Español (Fonda Gaye) donde se hospedaba Luis Villarrubí, maestro de canto y uno de los fundadores de la Sociedad Criolla Dr. Elías Regules. Sería él, quien a pedido de Carlitos de que le enseñara “esas cosas lindas que Ud. Canta”, le habría hecho conocer estilos y tristes de Elías Regules. Se cuenta que Villarrubí lo llevó a cantar en asambleas políticas como “gancho” para arrastrar paisanos a esos actos en vísperas de elecciones nacionales. El Sr. Luis Dini, director de una emisora radial de Tacuarembó confirmó que un cartero de ese pueblo le confesó que , “había escuchado cantar a Gardel en Paso de los Toros”.

A principios de 1901 regresa a Buenos Aires y entabla sus relaciones con la familia Traverso, dueños del café O’Rondeman del Abasto. Canta en comités políticos y es conocido con el apodo de “El Melenas”. Uno de los hermanos Traverso, José, apodado “Cielito”a fines de ese año mata de una puñalada a Juan Carlos “Vidalita” Argerich  hijo de un ilustre médico argentino y es enviado a prisión. Tiempo después Traverso es liberado a cambio del destierro. Gardel allana el camino llevándolo a Tambores, donde Traverso entabla relaciones con  Amanda, la prima de Carlitos, con quién vivirá en concubinato por varios años, hasta su muerte.

En 1905, por su participación en una riña con muerte, o por reiteración de delitos, Gardel es enviado a la penitenciaría de Ushuaia donde permanece recluido hasta febrero de 1907. Una vez libre, regresa al Uruguay tal vez voluntariamente o expulsado por ser extranjero incurso en delito, según palabras de Paysse González.

Nos cuenta “Avlis” que “Este doloroso pasaje de la vida de quién en tiempo venidero ya artista se llamaría Carlos Gardel, estaba inédito hasta que el periodista argentino Tabaré Di Paula recogió la información del coronel Eduardo Villanova, Jefe a la sazón (1969) del Servicio de Enrolamientos Militares de la  Argentina. Dicho militar contó al cronista que conoció el suceso por su señor padre, del mismo nombre, que fuera enviado a dicha reclusión con otros yrigoyenistas por razones políticas......Relató cómo muchos años después , el ahora Gral. Eduardo Villanova visitaría al Cantor en su camerino, recordándole aquella estadía en Ushuaia, donde Carlitos dijo tener 23 años. Y así debía ser porque para condenársele a la penitenciaría de Ushuaia tenía que cumplir la mayoría de edad. Los menores no iban allá”

En noviembre de 1906 según “Avlis” o febrero de 1907 según Paysse González o 1908 según Bayardo, se le volvería a encontrar en el Uruguay habitando un conventillo de la calle Daymán 299 (hoy Julio Herrera y Obes 1071)en una pieza cercana a la única canilla disponible, lo que le valió el mote transitorio de “el morocho de la canilla”. Por esa época trabajó de electricista en el edificio que en la Plaza Cagancha ocupara la empresa ONDA durante muchos años

En el bajo del barrio Sur en un bar de Camacuá y Brecha  se produce un hecho que lleva al parroquiano Alfonso Scarcela a hacer una denuncia policial contra “un tal Carlitos”. Pero no se le puede localizar porque huye según contó Tomasa Leguisamo, a sus pagos de Tacuarembó donde se lo encontrará cantando en el café de Correa. Durante esa estadía habría conseguido recomendaciones de su familia para lograr ocupación en Montevideo suponiendo que ya le habrían perdido la pista, pero se equivocó. Al regresar fue detenido  y estuvo unos días recluido en la cárcel de Miguelete.

Relata “Avlis” que a comienzos de 1910, Gardel se ve envuelto nuevamente en problemas y huye, pero los funcionarios policiales saben donde encontrarlo y elevan desde el Juzgado 3º un oficio a la Jefatura de Policía de Tacuarembó, donde figura como “N. Carlos”. Pero no será detenido. Es sintomático que su hermanastro Carlos Escayola,  primer hijo de su tía Blanca, escribano, fuera el actuario del Juzgado Letrado de aquella villa. Seguramente algo habrá tenido que ver en el “déjese sin efecto” que figura en aquel escrito.
Ya a mediados de 1910 retoma contacto con Berthe y de ahí en adelante su vida parece encauzarse. El conocimiento y amistad con Razzano son tal vez dos factores importantes para Carlos en lo que se refiere al desarrollo de su carrera artística  y de su propia vida personal

El año de 1915 es sin duda un año de singular importancia en la vida de Gardel. En el mes de abril muere en Montevideo su padre,  el Coronel Carlos Escayola a la edad de 69 años. Durante sus últimos años había perdido gran parte de su fortuna y vivía modestamente en una casa de la calle Yaro 1142, con sus hijos menores y tal vez con quien fuera su última compañera, la cantante Pilar Madorell.

Dos meses después en el mes de junio, Carlos Gardel hace su debut oficial en Montevideo como integrante del dúo Gardel – Razzano en el Teatro Royal del empresario Visconti Romano, que estaba situado en la calle Bartolomé Mitre y Reconquista, al lado del lugar en que mas tarde estuviera el Cine Hindú y en el predio donde funcionó la boite Embassy.

Pero también 1915 marca un insuceso que pudo habernos privado del disfrute de escuchar a Gardel. En un confuso incidente, a la salida del Palais de Glace, famoso lugar de baile bonaerense, El Mago es herido de un balazo en el costado izquierdo de su pecho. La bala alojada en el pulmón nunca le fue extraída por el riesgo que significaba la operación, según los facultativos que lo atendieron en el Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires. Una vez dado de alta, se le reconoce durante el período de convalecencia cerca Valle Edén en la estancia de Don Pedro Etchegaray, en el paraje “Los Rosanos”.  Tal vez haya sido un viaje para convalecer en un ambiente tranquillo y cerca de algún familiar pero también pudo significar “la salida de circulación” por un tiempo de los ambientes del hampa de Buenos Aires. Sus relaciones con La Ritana, también conocida como Madame Jean y mujer de Juan Garesio un personaje del hampa dueño del cabaret “Chantecler”, pudieron haber despertado el afán de venganza de éste. Se dice que fue Juan Ruggiero, mano derecha del político de Avellaneda, Barceló, quién intercedió,  a través de Julio Valea (a) “El Gallego Julio”, para que Garesio olvidara sus rencores. Ruggiero y Valea eran competidores en el ámbito del juego clandestino y del tráfico de mujeres. Si tocaban a Gardel ardería Troya lo que equivalía a vaticinar una guerra de pandillas.

Las características de los personajes referidos y su vida entre dos siglos están magistralmente descritos en la novela Frontera Sur del argentino Horacio Vázquez Rial .

Nos cuenta el arquitecto Bayardo en su obra “Vida y milagros de Carlos Gardel ”que en 1916, ya repuesto de su herida viene a Montevideo donde tiene una barra de amigos con los que se reúne en veladas nocturnas en los ranchos del Buceo y de Malvín. Asiste a los combates de su amigo el boxeador Angelito Rodríguez y a las riñas de gallos en el reñidero que hasta no hace mucho existía en General Flores y Larrañaga Se alojaba en el Hotel Cervantes o en el Lanata y comía en Morini o Stradella. Ese año actúo en el “Politeama”.

El dúo Gardel - Razzano se consolidó artísticamente a partir de su debut en el cabaret “Armenonville” a fines de 1913. El año siguiente tal vez sea el de su consolidación en los teatros bonaerenses y de provincia.  El 9 de abril de 1917, “Cantar Eterno” de Angel Villoldo marca el inicio de sus grabaciones con el sello Odeon. Las mismas se extenderán para Razzano, hasta setiembre de 1925. Gardel en cambio seguirá grabando para dicho sello hasta su partida de estas latitudes en octubre de 1933

Ya nos hemos referido al debut del dúo en Montevideo en junio de 1915. Gardel volvió innumerables veces a su patria natal entre esa fecha y la referida del año 33. La mayoría de ellas para cumplir contratos artísticos. La siguiente es una enumeración que creemos completa de estos eventos, confeccionada con la ayuda de la obra del argentino Miguel Angel Morena: “Historia Artística de Carlos Gardel”.

1916 (enero).- Actuaciones del dúo en el Parque Central y en el Politeama, junto con la compañía teatral de Elías Alippi, que ponía en escena la obra “Juan Moreira” y “Calandria”.

1917 (enero y febrero). Debut del dúo en el Urquiza junto a la compañía de zarzuelas Rogelio Juárez, Lola Membrives e Ignacio León.-

1918.- (enero). Ciclo del dúo en el teatro Dieciocho de Julio y una actuación en el Parque Hotel. El día diez aprovechan la “bolada” para presenciar el combate entre Angelito Rodríguez y Luis Angel Firpo. A fin de mes y a principios de febrero realizan una gira por el interior del Uruguay presentándose en las localidades de Minas (Teatro Escudero y Cine Ideal) y en el Café “La Picada” de José Vázquez en la esquina de 18 de Julio y 25 de Agosto en Aiguá. Fernando Tesouro Pazo, en una nota publicada en el suplemento del matutino La República de Montevideo, de fecha 24 de junio de 1995, nos cuenta que la  visita de Gardel  a dicha localidad, se debió a una invitación que tuvo para asistir a una penca en la que competían caballos famosos: “un bayo de propiedad del olimareño Gadea, un zaino del rochense Pitta y un rosillo del carolino Luis Pereira.” Se cuenta que al día siguiente visitó la Cueva de Salamanca, atraído por su historia y estructura.

1919.- (febrero). El dúo comparte actuaciones en el Teatro Catalunya con los parodistas Negri- Appiani

1921.- (enero). Actuaciones en el Artigas donde Gardel estrena el tango Milonguita con un éxito fenomenal.

1923.- (octubre y noviembre).Presentaciones del dúo en el Teatro Dieciocho de Julio junto a la compañía de comedias de Matilde Rivera y Enrique De Rosas.

La presencia artística de Gardel en Uruguay se interrumpe hasta 1929. Ya su fama como cantor de tangos está consolidada. Quedaron atrás las actuaciones con Razzano, quien afectado de una dolencia vocal debió retirarse a fines del año 1925. Gardel es conocido en todo el mundo. Ya ha actuado en Europa y grabado en Barcelona y en París extensas series de obras, algunas de las cuales constituyen clásicos incorporados a nuestro acervo cultural . Siga el corso, Mano a mano, La cumparsita, Dandy, Esta noche me emborracho, Che papusa oí, Adiós muchachos, Chorra, Alma en pena, Te aconsejo que me olvides, El carretero, Bandoneón arrabalero y Senda florida, son sólo unos pocos ejemplos de las mas de 80 obras que Gardel grabó para Odeon en Europa entre los años 28 y 29.

1929.- (setiembre y octubre).  Entre los días 17 y 30 cumple una serie de actuaciones en el Teatro Dieciocho de Julio y entre los días 5 y 7 de octubre se presenta en los Cines Apolo y Metropol y en el Teatro Artigas.

1930.- (julio y agosto). Se presenta en el Teatro Artigas como fin de fiesta de las actuaciones de la  compañía  Morganti – Pomar. Durante ese período se desarrolla en Montevideo el primer Campeonato Mundial de Fútbol y Gardel no permanece ajeno a ello. Son conocidos los registros gráficos de su presencia en el Parque Central y sus visitas a las concentraciones de los uruguayos y de los argentinos. También es sabido que el triunfo celeste y las consecuencias del mismo en las relaciones entre ambos países del Plata le ocasionaron complicaciones al cantor en Buenos Aires por su condición de uruguayo.

1933.- (setiembre y octubre). El 29 de setiembre se presenta con sus cuatro guitarristas en el Dieciocho de Julio. El 5 de octubre canta en una fiesta privada en la residencia del Presidente Terra y según versiones fidedignas, habría mantenido una conversación privada con aquél. Mas tarde Terra habría dicho: “ Gardel me contó su historia. Yo hice como que no la conocía”. Sus amigos uruguayos opuestos al régimen de Terra no vieron con buenos ojos su actuación en esta fiesta. Tal vez Gardel haya tenido sus razones para contarle su historia al Presidente. Historia que la mayoría de los integrantes de su “barra” no tenía por qué conocer. A los pocos días de la muerte de Gardel, el 27 de junio de 1935, el diario “El Pueblo”, órgano oficial del gobierno uruguayo, anunciaba su repatriación, hecho que le fuera denegado por su apoderado en argentina.

Al día siguiente de la velada en la residencia presidencial, el 6 de octubre entre las 5 y 6 de la tarde, realiza su única actuación en una radio uruguaya. El honor le cupo a CX 16 Radio Carve. Al otro día actúa para los viejitos del Fermín Ferreira desechando una invitación para cantar en el aristocrático Club Uruguay.

Retorna por pocos días a Buenos Aires y vuelve al Uruguay donde actúa en el Cine Ariel de Salto los días 23 y 24 de octubre. Se hospeda en el Gran Hotel Concordia de Irigoyen y Castro Hnos. en la calle Uruguay al 700 de la capital salteña junto a sus guitarristas Barbieri y Pettorosi. El 25 se presenta en el Florencio Sánchez de Paysandú y se hospeda en el Hotel Nuevo; el 26 y 27 actúa  en el Politeama Colón de Mercedes, alojándose en el Nuevo Hotel Comercio y el 28 y 29 se `presenta en el Teatro Maccio de la ciudad de San José y se hospeda en el hotel de Pedro Bruccoleri. La relación de Gardel con San José estuvo reforzada por su relación con ilustres maragatos. Fue notoria su amistad con Francisco Canaro , y a Humberto Giampietro y Diego Larriera les grabó el tango “Yo también como tú”. Diego Larriera, pianista, era hermano de Consuelo Larriera que en 1887 contrajo matrimonio con Tertuliano Netto Escayola, hijo de Elodina Escayola, tía de Gardel y Gervasio Netto.

Es por esos días que adquiere el terreno de la hoy calle Pablo Podestá en Carrasco donde funciona el centro de recuperación para discapacitados, conocido como La Casa de Gardel. El día 30 se realiza la escritura de adquisición de dicho terreno y faculta a su amigo Ricardo Bonapelch para que construya la obra proyectada.

De esos días se conservan los registros gráficos de Carlos y una barra de amigos (su apoderado Perico Bernat, Bonapelch, Bergara, el empresario artístico del Teatro Artigas) tomados por el  fotógrafo Rafael Caruso en la playa La Mulata con motivo de la visita al predio mencionado, que escrituraría en esos días el escribano Busch Buero.

El 7 de noviembre parte desde Buenos Aires hacia Europa en el Conte Biancamano para ya no retornar con vida.

Lo que antecede es una muy apretada síntesis de las actuaciones públicas de Carlos Gardel en su patria, el Uruguay. Su actividad artística estuvo permanentemente matizada con las infaltables “peñas” y reuniones con sus amigos compatriotas, algunos, viejos amigos de aquellos días de bohemia juvenil y de azarosa existencia, otros, personajes que se fueron agregando a su grupo de allegados y con quienes llegó a intimar. Entre sus amistades mas conocidas del ambiente artístico de nuestro país se cuentan “El Gordo” Roberto Aubriot, autor de As de Cartón, y también quienes lo acompañaron en la autoría del tango Quimera, “Chichilo” Viapiana y “El Negro” González Prado. “Bebón” Blixen , los hermanos Collazo, “El Loro” y Juan Antonio; el cieguito Bicain, Perico Bernat, amigo de la infancia, son nombres que fueron queridos para Carlos . La lista es extensa y no es propósito de este artículo abundar en detalles.

Si bien el estilo propagandístico de la época no tenía semejanza con el actual en cuanto a la  divulgación de detalles amatorios de los artistas con el desparpajo y la  falta de recato que son moneda corriente de nuestros días, son muy conocidas las múltiples relaciones sentimentales que Gardel sostuvo a lo largo de su vida. Estas han sido enumeradas por “Avlis”, Paysse, Bayardo y otros investigadores, quienes recorren la agenda sentimental de El Mago, desde sus primeras noviecitas juveniles hasta las relaciones sentimentales mas serias de su madurez, donde tal vez Mona Maris pudo haber marcado el final  

No obstante fue notoria su incapacidad para establecer lazos de amor permanentes. Se le conocía la predilección por mujeres del ambiente prostibulario o de alterne y en particular jovencitas.
En Montevideo fueron notorias sus incursiones por el “bajo” de la calle Yebal. Se ha sugerido que la búsqueda de la madre niña pudo haber influido en su incapacidad de entrega para establecer lazos amatorios permanentes. La relación mas conocida es la que mantuvo durante años con Isabel del Valle a quién le llevaba mas de 20 años y la había conocida cuando ella tenía 14.

En el Uruguay se le conoció un romance con una tal Teresita. Puede haber sido el personaje del relato de Raúl Zaffaroni citado por Bayardo en su “Vida y Milagros de Carlos Gardel””:..a veces en verano, se veía pasar en silencio y muy lentamente, una pareja. Siempre callados. Ella rompiendo la tardecita, ostentosa ropa, sofisticada mina; él moderado, discreto, gacho gris arrabalero... era la única oportunidad en que aquél fútbol incipiente y pujante hacía buena letra; se detenía, esperaba con respeto y admiración a que pasaran. La pareja cruzaba y hasta que no llegara a la esquina, el juego no se reiniciaba. Canchero, con parsimonia, muy seguro de sí, con su aureola a cuestas, Carlos Gardel pasaba. Frente a la capilla San José, por las dudas , Gardel tenía su bulín mistongo”. Zaffaroni se refiere  a la calle Roque Graseras y Juan María Pérez. ¡Vaya casualidad!, pocos años después el autor de esta nota también rompería botines sobre los mismos adoquines y asistiría a clase en el colegio que supo estar precisamente frente a la capillita mencionada.

Dice el Dr. Eduardo Paysse González, en su libro “Gardel: Artista, Mito y Hombre” : Gardel amó a muchas mujeres, pero quizás no amó realmente a ninguna con la plena entrega y con la incondicionalidad que requería de ellas para entablar una definitiva relación de pareja, que él mismo era incapaz de brindar. Incapacidad derivada no de un egoísmo esencial  - que había sido en cambio, presencia permanente en las relaciones sentimentales y conyugales de su padre, Carlos Escayola - , sino porque nunca encontró a la amante única, irrepetible, que ese padre le ocultó desde su propio nacer y para siempre.


Llegamos al final de lo que pretendió ser una breve cronología de la vida de Gardel en su patria de origen, el Uruguay, en la que además hemos comentado episodios necesarios para comprender la personalidad del artista. Al final de este viaje es preciso resaltar la formidable condición humana de quién alcanzó la estatura de cantor popular mas grande de todos los tiempos, transformándose en un arquetipo humano, espejo y paradigma de varias generaciones de rioplatenses y conservando aún hoy a 64 años de su muerte la magia de su arte que se agranda en el decantar del tiempo. Se ha escrito mucho sobre la genialidad de su arte y de su privilegiada voz. Quizás no se haya escrito tanto acerca de lo que creemos mas importante para explicar el fenómeno Gardel. Esto es, que mas allá del perfecto instrumento que fue  su garganta, está lo que no es el milagro físico del instrumento. Es el milagro esencialmente humano, forjado a lo largo del camino con el dolor y la miseria del comienzo, la desesperanza, la desorientación y la búsqueda de las raíces, el anhelo del encuentro y tal vez también de ese final que sucedió para que fuera el principio de lo que es Gardel.



                                                                       Mario Azzarini Scoseria

 11 de Diciembre de 1999, a 114,115 o 116 años del nacimiento de Carlos Gardel.