GARDEL EN SU PATRIA, EL URUGUAY.
La historia de Carlos Gardel, hasta no hace mucho considerada como “oficial”, contada en obras extensamente difundidas, algunas mas serias que otras, toma como punto de partida la famosa “topada” con Razzano en lo de Gigena allá por el año 11. A esa altura de su vida, Carlitos contaba con mas de 25 años de edad. Por lo menos con 24, si tomáramos diciembre del 87 como fecha real de nacimiento, que sabemos no lo es, como lo han probado los mas serios investigadores del “fenómeno Gardel”. ¿Por qué los autores que han adherido a la historia oficial, inician en el citado encuentro la historia de Gardel y se niegan a aventurarse en los primeros años de vida, infancia y adolescencia, con el pretexto de que los datos disponibles son escasos y confusos?
Las razones son diversas, pero
de entre ellas, además del permanente misterio al que Gardel supo rendir culto, adquiere predominancia la confusión generada
por quienes, luego de su muerte se
aprovecharon del oculto drama de su origen y pretendieron confundir la
identidad del cantor con la del hijo biológico de la mujer que fue encargada de
su cuidado a muy temprana edad, de modo tal que todos sus bienes y derechos
autorales pasaran sucesivamente a manos de allegados.
Indagar en la infancia y adolescencia de El Zorzal,
conduce inexorablemente a descartar la tesis del Gardel francés, supuesto
básico para sostener el engaño mencionado, como lo han demostrado
magistralmente investigadores de la talla del Arq. Nelson Bayardo y del Dr. Eduardo
Paysse González en el Uruguay, guiados por las investigaciones pioneras que
desde el diario El País de Montevideo
iniciara Erasmo Silva Cabrera (“Avlis”) gracias a las pistas proporcionadas por
el músico Carlos Warren.
A igual conclusión llega el poeta y hombre de tango
argentino, Ricardo Ostuni en su obra Repatriación
de Gardel, aunque no adhiere a la tesis del “tacuaremboense inmortal” hijo
del Coronel Carlos Escayola y de María Lelia Oliva.
Como un aporte al conocimiento de ese período de la
vida de Gardel, soslayado por la perversa “historia oficial”, es que incluimos
algunas referencias acerca de su pasaje y estadías en Tacuarembó y Montevideo.
Nuestro personaje, nació, según las referencias
consignadas por los investigadores uruguayos mencionados, de una unión
adulterina en el seno de la familia del Jefe Político de Tacuarembó a comienzos
de la década de 1880 (seguramente entre 1882 y 1885). Las características de
dicho nacimiento hicieron que el niño fuera retirado del seno de aquella
familia y entregado al cuidado de una joven francesa, Berthe Gardes, vinculada
sentimentalmente a Escayola y mantenida por éste. Dicha joven dejó Tacuarembó
embarazada de un tal Romualdo, hijo de un influyente estanciero de la zona,
ante la posibilidad que el niño que llevaba en su seno le fuera sustraído por
la familia paterna. La circunstancia fue aprovechada por el Coronel para
entregarle a quien ya era conocido como el “guachito de Escayola” y cuya
presencia significaba un permanente revivir del sórdido episodio, con el fin de
trasladarlo lejos de esos pagos. Se supone que el niño tendría por entonces
seis o siete años y habría estado hasta entonces al cuidado de personas de
confianza de Escayola como la peona de la estancia Santa Blanca, Manuela Casco,
donde Carlitos habría nacido y de la
propia Berthe Gardes.
Sería entonces el año de 1890 el que consigna la
llegada del futuro cantor a nuestra ciudad de Montevideo. En ella quedó, al
cuidado de otra francesa amiga de Berthe, Anais Beaux y también de María
Escayola “La Negra”, prima mayor del niño,
debido a que Berthe había decidido viajar a su Francia natal para dar a
luz contando con la protección de su entorno familiar.
No es posible saber a ciencia cierta cual era el
apelativo del niño en ese entonces pero las investigaciones realizadas indican
que habría concurrido a una escuela del barrio sur en la calle Durazno y
Médanos bajo el nombre de José Oliva y con la tutela del militar Pedro Oliva,
pariente de su madre.
El regreso de Berthe desde Francia se produjo en
marzo de 1893, en compañía de su hijo biológico Charles Romuald y su destino
fue Buenos Aires. Hasta allí llegó el Dr. Mateo Parisí, yerno del Coronel
Escayola con el cometido de inducir a la francesa mediante una abultada suma de
dinero a retomar el cuidado de Carlitos. Ese mismo año y en abril, el niño deja
de concurrir a la mencionada escuela de Durazno y Médanos.
En una de sus estadías en Montevideo ya en 1930 o
31, donde Gardel actuaba como fin de fiesta de las actuaciones de la compañía
teatral de Morganti, estando con su peña de amigos en el Tupí, a instancias
suyas salieron a dar un paseo por el barrio Sur. Según contó el Dr. Cesar L.
Gallardo, padre del también cronista deportivo Juan Gallardo, Gardel le confesó
haber ido a una “escuelita de por acá” que no pudieron ubicar y que ese barrio
le traía muchos recuerdos.
Sin duda ese barrio dejó en el cantor imborrables
recuerdos. Tal vez su mejor homenaje fue su magistral interpretación del tango de los autores uruguayos Román
Machado y Arturo Senez “Isla de Flores”. Su “Isla de Flores, tan angostita, mi callecita costa del mar”. La
callecita de sus “primeros principios”
Ya en Buenos Aires y al “cuidado” de Berthe,
Carlitos vagabundea por el barrio del Abasto y lleva una vida de abandono ,
carente de cariño familiar. Son numerosas las referencias acerca de sus permanentes escapadas del control de
Berthe y de su forma de vida ,cayendo con frecuencia en actos delictivos de
escasa entidad. Esa situación de semi abandono se sucede hasta que en 1898 se
escapa al Uruguay, seguramente en busca de la ayuda o el reconocimiento de su
familia biológica.
Su estadía en Uruguay entre esa
fecha y 1901 transcurre entre Montevideo y Tacuarembó donde lo mas
significativo para su futuro artístico son las clases de canto que recibe de
Luis Villarrubí, antecesor de la familia de fabricantes de calzado de larga
fama, que hasta no hace muchos años aun contaban con su comercio en las
cercanías de la Estación Central del ferrocarril en Montevideo
Dice “Avlis” en su obra Carlos Gardel. El hombre y su muerte, que en el año 1899 “tendría habitación en la calle Cerro (hoy
Bartolomé Mitre) Nº 23 donde vivía su tía Elodina (Escayola) con una de sus hijas, Bonifacia. Y a la
muerte de aquella iría a la casa heredada por otras dos hijas de Elodina de
nombres Manuela y Amanda, en Tambores del lado de Paysandú”. La madre de
Irineo Leguisamo, le relató a “Avlis” que por ese entonces Carlitos comenzó su
trayectoria en el canto folklórico, haciendo dúo con un joven peluquero llamado
Claudio González y ya se le conocía por el mote de “El Zorzalito”.
Nos cuenta “Avlis” que “ En 1901 Gardel se encuentra
en la villa de Tacuarembó, habiendo conseguido trabajar como ayudante de cocina
en el Hotel Español (Fonda Gaye) donde se hospedaba Luis Villarrubí, maestro de
canto y uno de los fundadores de la Sociedad Criolla Dr. Elías Regules. Sería
él, quien a pedido de Carlitos de que le enseñara “esas cosas lindas que Ud. Canta”, le habría hecho conocer estilos
y tristes de Elías Regules. Se cuenta que Villarrubí lo llevó a cantar en
asambleas políticas como “gancho” para arrastrar paisanos a esos actos en
vísperas de elecciones nacionales. El Sr. Luis Dini, director de una emisora
radial de Tacuarembó confirmó que un cartero de ese pueblo le confesó que , “había escuchado cantar a Gardel en Paso de
los Toros”.
A principios de 1901 regresa a Buenos Aires y
entabla sus relaciones con la familia Traverso, dueños del café O’Rondeman del
Abasto. Canta en comités políticos y es conocido con el apodo de “El Melenas”. Uno de los hermanos
Traverso, José, apodado “Cielito”a
fines de ese año mata de una puñalada
a Juan Carlos “Vidalita”
Argerich hijo de un ilustre médico
argentino y es enviado a prisión. Tiempo después Traverso es liberado a cambio
del destierro. Gardel allana el camino llevándolo a Tambores, donde Traverso
entabla relaciones con Amanda, la prima
de Carlitos, con quién vivirá en concubinato por varios años, hasta su muerte.
En 1905, por su participación en una riña con
muerte, o por reiteración de delitos, Gardel es enviado a la penitenciaría de
Ushuaia donde permanece recluido hasta febrero de 1907. Una vez libre, regresa
al Uruguay tal vez voluntariamente o expulsado por ser extranjero incurso en
delito, según palabras de Paysse González.
Nos cuenta “Avlis” que “Este doloroso pasaje de la vida de quién en tiempo venidero ya artista
se llamaría Carlos Gardel, estaba inédito hasta que el periodista argentino
Tabaré Di Paula recogió la información del coronel Eduardo Villanova, Jefe a la
sazón (1969) del Servicio de Enrolamientos Militares de la Argentina. Dicho militar contó al cronista
que conoció el suceso por su señor padre, del mismo nombre, que fuera enviado a
dicha reclusión con otros yrigoyenistas por razones políticas......Relató cómo
muchos años después , el ahora Gral. Eduardo Villanova visitaría al Cantor en
su camerino, recordándole aquella estadía en Ushuaia, donde Carlitos dijo tener
23 años. Y así debía ser porque para condenársele a la penitenciaría de Ushuaia
tenía que cumplir la mayoría de edad. Los menores no iban allá”
En noviembre de 1906 según “Avlis” o febrero de 1907
según Paysse González o 1908 según Bayardo, se le volvería a encontrar en el
Uruguay habitando un conventillo de la calle Daymán 299 (hoy Julio Herrera y
Obes 1071)en una pieza cercana a la única canilla disponible, lo que le valió
el mote transitorio de “el morocho de la canilla”. Por esa época trabajó de
electricista en el edificio que en la Plaza Cagancha ocupara la empresa ONDA
durante muchos años
En el bajo del barrio Sur en un bar de Camacuá y
Brecha se produce un hecho que lleva al
parroquiano Alfonso Scarcela a hacer una denuncia policial contra “un tal
Carlitos”. Pero no se le puede localizar porque huye según contó Tomasa
Leguisamo, a sus pagos de Tacuarembó donde se lo encontrará cantando en el café
de Correa. Durante esa estadía habría conseguido recomendaciones de su familia
para lograr ocupación en Montevideo suponiendo que ya le habrían perdido la
pista, pero se equivocó. Al regresar fue detenido y estuvo unos días recluido en la cárcel de
Miguelete.
Relata “Avlis” que a comienzos de 1910, Gardel se ve
envuelto nuevamente en problemas y huye, pero los funcionarios policiales saben
donde encontrarlo y elevan desde el Juzgado 3º un oficio a la Jefatura de
Policía de Tacuarembó, donde figura como “N. Carlos”. Pero no será detenido. Es
sintomático que su hermanastro Carlos Escayola,
primer hijo de su tía Blanca, escribano, fuera el actuario del Juzgado
Letrado de aquella villa. Seguramente algo habrá tenido que ver en el “déjese
sin efecto” que figura en aquel escrito.
Ya a mediados de 1910 retoma contacto con Berthe y
de ahí en adelante su vida parece encauzarse. El conocimiento y amistad con
Razzano son tal vez dos factores importantes para Carlos en lo que se refiere
al desarrollo de su carrera artística y
de su propia vida personal
El año de 1915 es sin duda un año de singular
importancia en la vida de Gardel. En el mes de abril muere en Montevideo su
padre, el Coronel Carlos Escayola a la
edad de 69 años. Durante sus últimos años había perdido gran parte de su
fortuna y vivía modestamente en una casa de la calle Yaro 1142, con sus hijos
menores y tal vez con quien fuera su última compañera, la cantante Pilar
Madorell.
Dos meses después en el mes de junio, Carlos Gardel
hace su debut oficial en Montevideo como integrante del dúo Gardel – Razzano en
el Teatro Royal del empresario Visconti Romano, que estaba situado en la calle
Bartolomé Mitre y Reconquista, al lado del lugar en que mas tarde estuviera el
Cine Hindú y en el predio donde funcionó la boite Embassy.
Pero también 1915 marca un insuceso que pudo
habernos privado del disfrute de escuchar a Gardel. En un confuso incidente, a
la salida del Palais de Glace, famoso lugar de baile bonaerense, El Mago es
herido de un balazo en el costado izquierdo de su pecho. La bala alojada en el
pulmón nunca le fue extraída por el riesgo que significaba la operación, según
los facultativos que lo atendieron en el Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires.
Una vez dado de alta, se le reconoce durante el período de convalecencia cerca
Valle Edén en la estancia de Don Pedro Etchegaray, en el paraje “Los
Rosanos”. Tal vez haya sido un viaje
para convalecer en un ambiente tranquillo y cerca de algún familiar pero también
pudo significar “la salida de circulación” por un tiempo de los ambientes del
hampa de Buenos Aires. Sus relaciones con La Ritana, también conocida como
Madame Jean y mujer de Juan Garesio un personaje del hampa dueño del cabaret
“Chantecler”, pudieron haber despertado el afán de venganza de éste. Se dice
que fue Juan Ruggiero, mano derecha del político de Avellaneda, Barceló, quién
intercedió, a través de Julio Valea (a)
“El Gallego Julio”, para que Garesio olvidara sus rencores. Ruggiero y Valea
eran competidores en el ámbito del juego clandestino y del tráfico de mujeres.
Si tocaban a Gardel ardería Troya lo que equivalía a vaticinar una guerra de
pandillas.
Las características de los personajes referidos y su
vida entre dos siglos están magistralmente descritos en la novela Frontera Sur del argentino Horacio
Vázquez Rial .
Nos cuenta el arquitecto Bayardo en su obra “Vida y milagros de Carlos Gardel ”que en
1916, ya repuesto de su herida viene a Montevideo donde tiene una barra de
amigos con los que se reúne en veladas nocturnas en los ranchos del Buceo y de
Malvín. Asiste a los combates de su amigo el boxeador Angelito Rodríguez y a
las riñas de gallos en el reñidero que hasta no hace mucho existía en General
Flores y Larrañaga Se alojaba en el Hotel Cervantes o en el Lanata y comía en
Morini o Stradella. Ese año actúo en el “Politeama”.
El dúo Gardel - Razzano se consolidó artísticamente
a partir de su debut en el cabaret “Armenonville” a fines de 1913. El año
siguiente tal vez sea el de su consolidación en los teatros bonaerenses y de
provincia. El 9 de abril de 1917, “Cantar Eterno” de Angel Villoldo marca
el inicio de sus grabaciones con el sello Odeon. Las mismas se extenderán para
Razzano, hasta setiembre de 1925. Gardel en cambio seguirá grabando para dicho
sello hasta su partida de estas latitudes en octubre de 1933
Ya nos hemos referido al debut del dúo en Montevideo en junio de 1915. Gardel volvió
innumerables veces a su patria natal entre esa fecha y la referida del año 33.
La mayoría de ellas para cumplir contratos artísticos. La siguiente es una
enumeración que creemos completa de estos eventos, confeccionada con la ayuda
de la obra del argentino Miguel Angel Morena: “Historia Artística de Carlos Gardel”.
1916 (enero).- Actuaciones del dúo en el
Parque Central y en el Politeama, junto con la compañía teatral de Elías
Alippi, que ponía en escena la obra “Juan
Moreira” y “Calandria”.
1917 (enero y
febrero). Debut
del dúo en el Urquiza junto a la compañía de zarzuelas Rogelio Juárez, Lola
Membrives e Ignacio León.-
1918.-
(enero).
Ciclo del dúo en el teatro Dieciocho de Julio y una actuación en el Parque
Hotel. El día diez aprovechan la “bolada” para presenciar el combate entre
Angelito Rodríguez y Luis Angel Firpo. A fin de mes y a principios de febrero
realizan una gira por el interior del Uruguay presentándose en las localidades
de Minas (Teatro Escudero y Cine Ideal) y en el Café “La Picada” de José
Vázquez en la esquina de 18 de Julio y 25 de Agosto en Aiguá. Fernando Tesouro
Pazo, en una nota publicada en el suplemento del matutino La República de
Montevideo, de fecha 24 de junio de 1995, nos cuenta que la visita de Gardel a dicha localidad, se debió a una invitación
que tuvo para asistir a una penca en la que competían caballos famosos: “un bayo de propiedad del olimareño Gadea,
un zaino del rochense Pitta y un rosillo del carolino Luis Pereira.” Se
cuenta que al día siguiente visitó la Cueva de Salamanca, atraído por su
historia y estructura.
1919.-
(febrero).
El dúo comparte actuaciones en el Teatro Catalunya con los parodistas Negri-
Appiani
1921.-
(enero).
Actuaciones en el Artigas donde Gardel estrena el tango Milonguita con un éxito
fenomenal.
1923.-
(octubre y noviembre).Presentaciones del dúo en el Teatro Dieciocho de Julio junto a la
compañía de comedias de Matilde Rivera y Enrique De Rosas.
La presencia artística de Gardel en Uruguay se
interrumpe hasta 1929. Ya su fama como cantor de tangos está consolidada.
Quedaron atrás las actuaciones con Razzano, quien afectado de una dolencia
vocal debió retirarse a fines del año 1925. Gardel es conocido en todo el
mundo. Ya ha actuado en Europa y grabado en Barcelona y en París extensas
series de obras, algunas de las cuales constituyen clásicos incorporados a
nuestro acervo cultural . Siga el corso,
Mano a mano, La cumparsita, Dandy, Esta noche me emborracho, Che papusa oí,
Adiós muchachos, Chorra, Alma en pena, Te aconsejo que me olvides, El
carretero, Bandoneón arrabalero y
Senda florida, son sólo unos pocos ejemplos de las mas de 80 obras que
Gardel grabó para Odeon en Europa entre los años 28 y 29.
1929.-
(setiembre y octubre). Entre los días 17 y 30 cumple
una serie de actuaciones en el Teatro Dieciocho de Julio y entre los días 5 y 7
de octubre se presenta en los Cines Apolo y Metropol y en el Teatro Artigas.
1930.- (julio
y agosto).
Se presenta en el Teatro Artigas como fin de fiesta de las actuaciones de
la compañía Morganti – Pomar. Durante ese período se
desarrolla en Montevideo el primer Campeonato Mundial de Fútbol y Gardel no
permanece ajeno a ello. Son conocidos los registros gráficos de su presencia en
el Parque Central y sus visitas a las concentraciones de los uruguayos y de los
argentinos. También es sabido que el triunfo celeste y las consecuencias del mismo
en las relaciones entre ambos países del Plata le ocasionaron complicaciones al
cantor en Buenos Aires por su condición de uruguayo.
1933.- (setiembre y octubre). El 29 de setiembre se presenta con sus cuatro guitarristas en el
Dieciocho de Julio. El 5 de octubre canta en una fiesta privada en la
residencia del Presidente Terra y según versiones fidedignas, habría mantenido
una conversación privada con aquél. Mas tarde Terra habría dicho: “ Gardel me contó su historia. Yo hice como
que no la conocía”. Sus amigos uruguayos opuestos al régimen de Terra no
vieron con buenos ojos su actuación en esta fiesta. Tal vez Gardel haya tenido
sus razones para contarle su historia al Presidente. Historia que la mayoría de
los integrantes de su “barra” no tenía por qué conocer. A los pocos días de la
muerte de Gardel, el 27 de junio de 1935, el diario “El Pueblo”, órgano oficial
del gobierno uruguayo, anunciaba su repatriación, hecho que le fuera denegado
por su apoderado en argentina.
Al día siguiente de la
velada en la residencia presidencial, el 6 de octubre entre las 5 y 6 de la
tarde, realiza su única actuación en una radio uruguaya. El honor le cupo a CX
16 Radio Carve. Al otro día actúa para los viejitos del Fermín Ferreira
desechando una invitación para cantar en el aristocrático Club Uruguay.
Retorna por pocos días a
Buenos Aires y vuelve al Uruguay donde actúa en el Cine Ariel de Salto los días
23 y 24 de octubre. Se hospeda en el Gran Hotel Concordia de Irigoyen y Castro
Hnos. en la calle Uruguay al 700 de la capital salteña junto a sus guitarristas
Barbieri y Pettorosi. El 25 se presenta en el Florencio Sánchez de Paysandú y
se hospeda en el Hotel Nuevo; el 26 y 27 actúa
en el Politeama Colón de Mercedes, alojándose en el Nuevo Hotel Comercio
y el 28 y 29 se `presenta en el Teatro Maccio de la ciudad de San José y se
hospeda en el hotel de Pedro Bruccoleri. La relación de Gardel con San José
estuvo reforzada por su relación con ilustres maragatos. Fue notoria su amistad
con Francisco Canaro , y a Humberto Giampietro y Diego Larriera les grabó el
tango “Yo también como tú”. Diego
Larriera, pianista, era hermano de Consuelo Larriera que en 1887 contrajo
matrimonio con Tertuliano Netto Escayola, hijo de Elodina Escayola, tía de
Gardel y Gervasio Netto.
Es por esos días que
adquiere el terreno de la hoy calle Pablo Podestá en Carrasco donde funciona el
centro de recuperación para discapacitados, conocido como La Casa de Gardel. El
día 30 se realiza la escritura de adquisición de dicho terreno y faculta a su
amigo Ricardo Bonapelch para que construya la obra proyectada.
De esos días se
conservan los registros gráficos de Carlos y una barra de amigos (su apoderado
Perico Bernat, Bonapelch, Bergara, el empresario artístico del Teatro Artigas)
tomados por el fotógrafo Rafael Caruso
en la playa La Mulata con motivo de la visita al predio mencionado, que
escrituraría en esos días el escribano Busch Buero.
El 7 de noviembre parte
desde Buenos Aires hacia Europa en el Conte Biancamano para ya no retornar con
vida.
Lo que antecede es una
muy apretada síntesis de las actuaciones públicas de Carlos Gardel en su
patria, el Uruguay. Su actividad artística estuvo permanentemente matizada con
las infaltables “peñas” y reuniones con sus amigos compatriotas, algunos,
viejos amigos de aquellos días de bohemia juvenil y de azarosa existencia,
otros, personajes que se fueron agregando a su grupo de allegados y con quienes
llegó a intimar. Entre sus amistades mas conocidas del ambiente artístico de
nuestro país se cuentan “El Gordo” Roberto Aubriot, autor de As de Cartón, y
también quienes lo acompañaron en la autoría del tango Quimera, “Chichilo”
Viapiana y “El Negro” González Prado. “Bebón”
Blixen , los hermanos Collazo, “El Loro” y Juan Antonio; el cieguito Bicain,
Perico Bernat, amigo de la infancia, son nombres que fueron queridos para
Carlos . La lista es extensa y no es propósito de este artículo abundar en
detalles.
Si bien el estilo propagandístico de la época no tenía
semejanza con el actual en cuanto a la
divulgación de detalles amatorios de los artistas con el desparpajo y
la falta de recato que son moneda
corriente de nuestros días, son muy conocidas las múltiples relaciones
sentimentales que Gardel sostuvo a lo largo de su vida. Estas han sido
enumeradas por “Avlis”, Paysse, Bayardo y otros investigadores, quienes
recorren la agenda sentimental de El Mago, desde sus primeras noviecitas
juveniles hasta las relaciones sentimentales mas serias de su madurez, donde
tal vez Mona Maris pudo haber marcado el final
No obstante fue notoria su incapacidad para establecer
lazos de amor permanentes. Se le conocía la predilección por mujeres del
ambiente prostibulario o de alterne y en particular jovencitas.
En Montevideo fueron notorias sus incursiones por el
“bajo” de la calle Yebal. Se ha sugerido que la búsqueda de la madre niña pudo
haber influido en su incapacidad de entrega para establecer lazos amatorios
permanentes. La relación mas conocida es la que mantuvo durante años con Isabel
del Valle a quién le llevaba mas de 20 años y la había conocida cuando ella
tenía 14.
En el Uruguay se le conoció un romance con una tal
Teresita. Puede haber sido el personaje del relato de Raúl Zaffaroni citado por
Bayardo en su “Vida y Milagros de Carlos
Gardel””:..a veces en verano, se veía pasar en silencio y muy lentamente, una
pareja. Siempre callados. Ella rompiendo la tardecita, ostentosa ropa,
sofisticada mina; él moderado, discreto, gacho gris arrabalero... era la única
oportunidad en que aquél fútbol incipiente y pujante hacía buena letra; se detenía,
esperaba con respeto y admiración a que pasaran. La pareja cruzaba y hasta que
no llegara a la esquina, el juego no se reiniciaba. Canchero, con parsimonia,
muy seguro de sí, con su aureola a cuestas, Carlos Gardel pasaba. Frente a la
capilla San José, por las dudas , Gardel tenía su bulín mistongo”. Zaffaroni
se refiere a la calle Roque Graseras y
Juan María Pérez. ¡Vaya casualidad!, pocos años después el autor de esta nota
también rompería botines sobre los mismos adoquines y asistiría a clase en el
colegio que supo estar precisamente frente a la capillita mencionada.
Dice el Dr. Eduardo Paysse González, en su libro “Gardel: Artista, Mito y Hombre” : Gardel
amó a muchas mujeres, pero quizás no amó realmente a ninguna con la plena
entrega y con la incondicionalidad que requería de ellas para entablar una
definitiva relación de pareja, que él mismo era incapaz de brindar. Incapacidad
derivada no de un egoísmo esencial - que
había sido en cambio, presencia permanente en las relaciones sentimentales y
conyugales de su padre, Carlos Escayola - , sino porque nunca encontró a la
amante única, irrepetible, que ese padre le ocultó desde su propio nacer y para
siempre.
Llegamos al final de lo que pretendió ser una breve
cronología de la vida de Gardel en su patria de origen, el Uruguay, en la que
además hemos comentado episodios necesarios para comprender la personalidad del
artista. Al final de este viaje es preciso resaltar la formidable condición
humana de quién alcanzó la estatura de cantor popular mas grande de todos los
tiempos, transformándose en un arquetipo humano, espejo y paradigma de varias
generaciones de rioplatenses y conservando aún hoy a 64 años de su muerte la
magia de su arte que se agranda en el decantar del tiempo. Se ha escrito mucho
sobre la genialidad de su arte y de su privilegiada voz. Quizás no se haya
escrito tanto acerca de lo que creemos mas importante para explicar el fenómeno
Gardel. Esto es, que mas allá del perfecto instrumento que fue su garganta, está lo que no es el milagro físico
del instrumento. Es el milagro esencialmente humano, forjado a lo largo del
camino con el dolor y la miseria del comienzo, la desesperanza, la
desorientación y la búsqueda de las raíces, el anhelo del encuentro y tal vez
también de ese final que sucedió para que fuera el principio de lo que es
Gardel.
Mario
Azzarini Scoseria
11 de Diciembre de 1999, a 114,115 o 116 años
del nacimiento de Carlos Gardel.
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