Comenzaron las clases en las escuelas de todo el país
Sonó la campana y los niños se amontonaron en el patio para ingresar por tandas a las aulas. Para algunos era el inicio de una "tragedia", sobre todo por el fin de las vacaciones y la obligación de traer buenas notas. Para otros, pese a los nervios, el reencuentro con los compañeros de otros años y la ansiedad por conocer a la maestra nueva (que esperan sea "buena"). Para los padres un "alivio" o "respiro" y al mismo tiempo un "orgullo".
Esas fueron las principales sensaciones esta mañana durante el primer día de clases en el año 2006. Se estima que en esta jornada unos 475.000 escolares ingresaron a las aulas en todo el país. Unos 400.000 están inscriptos en centros públicos. Hay unas 2.300 escuelas públicas y unas 350 privadas.
En la escuela Sanguinetti, ubicada en avenida 8 de Octubre, buena parte de los alumnos llegó sobre la hora de entrada, a las 7.45, la mayoría acompañados por sus padres.
En el patio se reencontraron con viejos compañeros de años anteriores, se pusieron al día con los cuentos de las vacaciones y hasta conocieron algún compañero nuevo. Había caritas de todo tipo: estaban los distendidos y contentos por volver a clase y los nerviosos que no podía dejar de abrazarse a la cintura de sus padres.
Todos –sin excepción en esta escuela– estaban impecablemente vestidos, con la moña perfectamente hecha y la túnica blanca reluciente (por ahora). Llevaban las mochilas cargadas de cuadernos y útiles nuevos (completos por ahora). Los diseños de moda son de Barbie, Spiderman, Floricienta y Bob Esponja.
"Yo pasé a segundo", dijo orgullosa María, que se había hecho las trencitas especialmente para el primer día de clase. "Esa cara fea no Gabriel, sino la maestra ya te va a rezongar de entrada", dijo una madre cuando consolaba a su hijo por la "tragedia" que aparentaba significarle la vuelta a las aulas. A diferencia de otros años se escucharon pocos llantos antes del ingreso a clase.
El sistema de ingreso a las aulas fue el siguiente: primero la directora agradeció a los padres por confiar a sus hijos a esa escuela pública; después explicó algunas reglas de funcionamiento y presentó a los maestros para este año; finalmente se produjo el ingreso de los alumnos de sexto año, de quinto, de cuarto, hasta llegar a los de primero.
Algunas caras son un verdadero "poema". Una niña no pudo contener su alegría cuando se enteró que su maestra de turno era "la más linda y buena de la escuela". Otros no tuvieron la misma suerte. "Cruzá los dedos para que no te toque la maestra de moña", le dijo una madre a su hijo.
Así, lentamente, fueron entrando a las aulas. Los que no estaban en lista pasaron antes por la secretaría para arreglar el problema administrativo y los que llegaron tarde tuvieron que esperar toda la "ceremonia" para entrar.
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