Las leyendas de la City
12.08.2005
El jefe de seguridad de la policía de Montevideo desmintió terminantemente un rumor que venía tomando fuerza en los últimos tiempos: la existencia de un grupo de personas que infecta el VIH con jeringas en la Ciudad Vieja.
El cuento de las infecciones de SIDA mediante jeringas viene circulando desde hace años como buena leyenda urbana (para más información, acudir a nuestro sitio sobre el tema, ver link más abajo), pero en estos últimos meses volvió a cobrar nuevo vigor y forma.
Una cadena de e-mails y un artículo publicado en el matutino Últimas Noticias que recogía algunos de esos datos dieron forma creíble a un relato inverosímil.
Según la noticia, un grupo de jóvenes que es liderado por una mujer se dedica a infectar el VIH con agujas hipodérmicas contaminadas. La víctima que va distraída siente un pinchazo y de esa forma se transmite la enfermedad.
Rápidamente, fiel a la estructura clásica de las leyendas urbanas, se sucedieron los testimonios otorgados por personas que tenían "un amigo de un amigo" al que le había sucedido el caso. Varios detalles fueron agregándose sin que nadie las confirmara con un nombre y apellido o con fuente alguna, como ser: la cantidad de internados en nosocomios por los pinchazos, el número de infectados, las acciones secretas de la policía y los efectivos especiales que las fuerzas de seguridad están destinando a solucionar el problema.
Cadenas de mails incluían como epicentro de las acciones de esta improbable banda a la Peatonal Sarandi y otras agregaban nombres de algunos boliches conocidos en los que supuestamente se habían dado estos casos, que los dueños de estos locales tampoco confirmaron jamás.
Ahora, ante la alerta pública generada por estas informaciones, el director de seguridad de la jefatura de policía de Montevideo, Raúl Guarino, debió salir a aclarar que los datos que se manejan son falsos. La policía no recibió denuncia alguna por estos hechos, no se movilizaron efectivos especiales y no se presenció ninguno de estos actos en la zona.
Guarino también agregó que la historia relatada es inverosímil y no tiene sustento. Al convertirse en la primera voz oficial que se hace eco de este asunto, el director sale al cruce de los rumores con el objetivo de tranquilizar a la población.
Las leyendas urbanas de este tipo demuestran una vez más que basan su éxito en la explotación de los miedos más frecuentes de las comunidades, tomando una forma creíble gracias a su manera de divulgarse, generalmente en un boca a boca con un discurso convincente.
Montevideo COMM / Portal
viernes, agosto 12, 2005
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